El Faro del Cap Blanc – Cabo Blanco en Mallorca es una construcción histórica que data del siglo XIX, cuyo proyecto fue redactado por Emili Pou. Fue inaugurado el 31 de agosto de 1863 con una óptica catadióptrica fija para faro de 6º orden y una lámpara moderadora de aceite de oliva con una mecha.
A lo largo de los años, el faro ha experimentado varias mejoras en su sistema de iluminación. En 1883, se dejó de utilizar aceite de oliva como combustible, y se empezó a emplear parafina de Escocia. En 1917, se añadieron pantallas giratorias con sistema de relojería y flotador de mercurio para producir una apariencia luminosa de 3+2 ocultaciones. Posteriormente, en 1964, se retiró el sistema de gas acetileno y se instalaron mezcladores Dalen, que generaban una nueva apariencia de ocultaciones aisladas cada 5 segundos.
En 1970, se procedió a la electrificación del faro y se montó una óptica catadióptrica de 4º orden, que sigue en funcionamiento en la actualidad. Esta óptica es la más antigua colocada en un faro de las Baleares, construida por la casa Henry Lepaute e instalada por primera vez en el faro de Artrutx en 1859. Los faros de Cap Blanc y Cala Figuera se encargan de balizar los extremos de la Bahía de Palma.
El Faro del Cap Blanc – Cabo Blanco cuenta con un alcance de 15 millas náuticas y se eleva a una altura de 95 metros sobre el nivel del mar. Su apariencia luminosa consiste en destellos largos cada 10 segundos. Durante el día, se puede reconocer por su torre y casa blancas, alcanzando una altura total de 12 metros.
Este faro es una muestra de la importancia histórica de la navegación marítima en la región y ha sido testigo de numerosas mejoras tecnológicas a lo largo de los años para garantizar la seguridad de las embarcaciones que transitan por la zona. Su ubicación privilegiada en el acantilado ofrece unas vistas impresionantes del mar y la costa circundante, lo que lo convierte en un lugar de interés para visitantes y entusiastas de la historia marítima.