El Faro de Llebeig en Mallorca, diseñado por Eusebi Estada, se inauguró el 15 de noviembre de 1910 y forma parte del conjunto de faros de Sa Dragonera, que reemplazaron al antiguo faro de Na Pòpia, ubicado en el punto más alto de la isla. Inicialmente, su apariencia luminosa consistía en destellos aislados cada 7 segundos, gracias a la novedosa tecnología de cubetas con flotador de mercurio que permitía un giro más rápido de la óptica. Este cambio supuso una mejora significativa en el balizamiento de la isla, ya que el antiguo faro de Na Popia tenía una apariencia luminosa de destellos cada 2 minutos.
El Faro de Llebeig fue pionero en Baleares al emplear una lámpara Chance de incandescencia de vapor de petróleo, lo que llevó a torreros de otros faros, como Capdepera o Isla del Aire, a recibir capacitación en su manejo, convirtiéndose posteriormente en las lámparas más utilizadas en el archipiélago.
En 1969, con el objetivo de automatizar los faros de los islotes y retirar al personal, tal como se planteaba en el Plan de Mejora del Alumbrado de 1967, se llevó a cabo una renovación completa del Faro de Llebeig. Se realizó una sustitución completa de la instalación, que pasó a utilizar acetileno, y se reemplazó la linterna, además de realizar reformas en el torreón y obras complementarias. La antigua óptica inglesa de la casa Chance Brothers, de considerable tamaño y peso, fue trasladada con la ayuda de la Armada Norteamericana en helicóptero en 1985 a las dependencias del Faro de Portopí, donde se destinó a una exposición de señales marítimas.
En sus inicios, el Faro de Llebeig contaba con un equipo de tres torreros encargados de su mantenimiento, que posteriormente se redujo a dos en los años veinte. En los años sesenta, el personal asignado a este faro consistía en un técnico de señales marítimas y un auxiliar de faros, que alternaban turnos de 15 días de permanencia en la isla y residencia en el Puerto de Andratx para encargarse del balizamiento.
El Faro de Llebeig se destaca por su alcance de 21 millas náuticas y su elevada ubicación sobre el nivel del mar, situándose a 130 metros de altura. Su apariencia luminosa actual consta de destellos aislados cada 7.5 segundos. Su aspecto diurno se caracteriza por una torre de mampostería y un edificio de piedra con tejado rojo, con una altura total de 15 metros.
El Faro de Llebeig representa una parte esencial del patrimonio marítimo de Mallorca y desempeña un papel fundamental en la navegación segura en la zona, además de ofrecer a los visitantes una experiencia turística única en un entorno natural de gran belleza.