El Faro de sa Mola en Mallorca tiene una interesante historia que comienza con un proyecto de Emili Pou para instalar un Faro de 6º orden en esta ubicación. Sin embargo, este proyecto no se materializó hasta mucho después, cuando finalmente se instaló una luz automatizada con válvula solar y destelladores de gas acetileno del tipo "llama desnuda".
El faro fue inaugurado el 1 de septiembre de 1974 y cuenta con una óptica dióptrica típica de 350 mm, cuyo proyecto fue redactado por Rafael Soler. Una particularidad de este faro es que, al automatizarse también los faros de la isla Dragonera, tanto el Faro de sa Mola como los de Dragonera pasaron a formar parte de una agrupación de faros cuyos técnicos encargados residían en el Puerto de Andratx, en casas cercanas a la baliza roja de entrada al puerto, que también requería su atención.
El Faro de sa Mola pertenece a la primera generación de faros que fueron construidos sin viviendas para los fareros, aunque ya existían bastantes balizas automatizadas desde la segunda década del siglo XX. Actualmente, la zona en la que se encuentra el faro está sometida a una fuerte presión urbanística, lo que ha motivado la consideración de futuras reformas que garanticen el alcance y la cobertura luminosa establecida para esta señal.
Con características técnicas notables, el Faro de sa Mola tiene un alcance de 12 millas náuticas y se alza majestuosamente a 128 metros sobre el nivel del mar. Su apariencia luminosa consiste en un grupo de 1 + 3 destellos cada 12 segundos, mientras que durante el día, destaca por su columna decorada con bandas blancas y negras sobre una caseta blanca y una altura de 10 metros. El Faro de sa Mola es una pieza importante del patrimonio marítimo de Mallorca y una atracción de interés histórico y tecnológico para los visitantes.
Su ubicación estratégica en un entorno natural protegido y su importancia como guía para la navegación hacen de este faro un lugar especial para explorar y aprender sobre la historia de la navegación marítima en la región.